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miércoles, 26 de septiembre de 2007

La prisa por vacunar

By SIGRID FRY-REVERE
NEW YORK TIMES, March 25, 2007

Traducción: María José Hernández Ortiz

No hay nada malo en que los laboratorios farmacéuticos hagan publicidad de sus productos, pero la posibilidad de contratos lucrativos con los gobiernos pueden hacer que apuesten demasiado pronto y lo pierdan todo. Durante la campaña de presión de los lobbyes de Merck para conseguir la obligatoriedad de la vacuna, se ha exagerado, tanto sobre tratamiento de la enfermedad, como sobre la habilidad de este fármaco para prevenirla. (Aunque Merck ha prometido dejar de hacer presión, los legisladores y el público están todavía sufriendo de confusiones que la compañía farmacéutica no ha hecho nada por corregir) El fármaco en cuestión es el Gardasil, una vacuna para cuatro tipos de HPV, dos de los cuales son responsables del 70% de los casos de cáncer cervical. La FDA aprobó el Gardasil contra el HPV en mujeres de edades comprendidas entre 9 y 26 años el año pasado.
Amy Paulin, representante demócrata en la asamblea de EEUU ha introducido recientemente una enmienda para hacer obligatoria la vacunación para niños nacidos después de enero de 1996. (Por ahora solo esta aprobado para las niñas por la FDA). Esta obligatoriedad seria un boom para Merck ya que el Gardasil es una de las vacunas más caras del mercado, con un precio de 360 $ por 3 aplicaciones, que en NY, con 2 millones de niños, le dejaría unos beneficios de 700 millones de dólares.
El Gardasil no es tan revolucionario. Un estudio reciente publicado en JAMA encontró que entre mujeres de 14 a 24 años la tasa de los 37 tipos de HPV combinados es del 33,8%, mucho mas bajo que el 50% citado por Merck en su web. Todavía mas importante es que la tasa de HPV 16-18, los dos tipos responsables del 70% de todos los canceres cervicales son mucho mas bajos, solo 1,5% y 0,8% respectivamente. Por otra parte la Sociedad Americana contra el Cáncer publicó el mes pasado que la mayoría de las infecciones por HPV, incluso las carcinogénicas, se resuelven sin tratamiento. Aproximadamente el 75% de las infecciones en adultos y el 90% en adolescentes desaparecen solas. Merece la pena resaltar esta asociación considera su lucha contra el cáncer cervical un éxito incluso sin Gardasil. Cuando la enfermedad se detecta temprano con la citología, la tasa de supervivencia es mayor del 90%.

Resumiendo, incluso sin la vacuna, cuando se usan métodos de detección precoz, el número de niñas en riesgo de morir por cáncer cervical 16-18 es extremadamente bajo. La mayoría del tiempo el cuerpo se deshace del virus sin ayuda. Bajo estas circunstancias ¿estamos dispuestos a gastar millones de dólares administrando la vacuna a las niñas y mucho menos a los niños? La verdad es que esto podría causar mucho más daño que beneficio. Por ejemplo, ¿qué pasaría si la vacuna diera a las mujeres jóvenes una falsa sensación de seguridad? El Gardasil protege sólo contra los virus responsables de algunos cánceres cervicales y las mujeres pueden pensar que no necesitan una citología periódica a pesar de haber sido vacunadas. Como resultado muchas lesiones precancerosas pueden pasar inadvertidas hasta que sea demasiado tarde.

Los ensayos clínicos de Merck hacen el seguimiento de las mujeres una media de sólo 3 años, así que sabemos poco de cuanto dura la inmunidad o el riesgo a largo plazo que puede estar asociado con el. A primeros de este año el NEJM informaba de problemas similares con la vacuna de la varicela. No sólo aumentó la incidencia de la varicela con el tiempo, sino también la gravedad de la enfermedad. ¿Y si la vacuna del HPV produce más tarde efectos colaterales terribles? La posibilidad no es tan remota como uno pueda pensar. En 1976 un tipo de influenza produjo sólo una muerte documentada en USA, pero la vacuna que se administró por orden del gobierno mató o dañó seriamente a cientos. Resulta que la vacuna produjo un Síndrome de Guillain Barre, una enfermedad rara paralizante parecida a la polio con un 5% de tasa de mortalidad y un 10% de parálisis permanentes.

Sin duda, la vacunación obligatoria con Gardasil ilumina el futuro de Merck, pero no está tan claro que sea para el mejor interés de los neoyorkinos. En todas las circunstancias, excepto en los casos más claros, la valoración del riesgo de la salud se le debería dejar a las familias, no sólo porque es su derecho sino porque no es una política adecuada experimentar en tal proporción con la población de golpe.
Merck presiona activamente y paga grandes contribuciones a las campañas de los políticos que estén dispuestos a apoyarlos. Por ejemplo Merck gastó casi 400.000$ en influir en los legisladores desde el 2003 al 2006. La congresista Paulin parece que sólo ha recibido 500$ aunque se ha reunido personalmente con los representantes de Merck varias veces. Esto no quiere decir que Ms. Paulin no crea sinceramente que la vacunación es la política correcta, pero ella y sus compañeros de asamblea deberían darse cuenta de que obligar a la vacunación contra el HPV daría beneficios enormes a la compañía aunque bien podría ser a costa de las niñas de NY.

1 comentario:

pasharati dijo...

Un ladrillo chaval ...

Mira en http://lacomunidad.elpais.com/rebelia/2007/10/25/gardasil